José Antonio Pinel Martínez
Arbancón (Guadalajara), 1947.
Profesor de literatura, escritor.

Quién es Pinel,
por José Ramón López de los Mozos Jiménez
Publicado en la Revista "Libros Uno por Uno", de 20 Marzo 2010

Nacido en Arbancón en 1947, actualmente es Catedrático de Lengua y Literatura en el IES Profesor Máximo Trueba de Boadilla del Monte (Madrid). Tiene publicados libros como Manual de Literatura Española (Castalia), Comentarios a La Celestina (Santillana y Cuentos Medievales (Castalia), que nada tienen que ver con el libro que comentamos.
Se trata de un ramillete de relatos breves, trece en total, escritos con pulcritud y amenidad. En ellos se alude a los viejos recuerdos de la infancia, en algunos casos compartidos. Son relatos sencillos cargados de emotividad, algunos lindando casi con lo antropológico, así el titulado "Las Puertas del Amor". Otros hacen referencia al último periodo bélico: "El Reloj de la tienda" y muchos a la infancia: "El Tren", "El traje de Comunión", "La lorza de la camisa"... Enternecedor el recuerdo del abuelo, de los padres, de los juegos con los otros chicos del pueblo y del exámen de preparatoria en el primitivo Brianda de Mendoza.
Estoy seguro de que cualquiera de los lectores que haya vivido, aunque sea solo por poco tiempo, en uno de nuestros pueblos, se verá reflejado en estos relatos, que dicho sea de paso, se leen de un tirón.

 

Conversación con José Antonio Pinel Martínez
Por Francisco Lozano Gamo,
Publicado en diario "Nueva Alcarria" de 26 Noviembre 2010

Por fortuna, en muchas de mis visitas a los pueblos de nuestra geografía provincial para conocer su arte y estilo patrimonial, cultural y en definitiva ahondar en su propia historia, la que no se ve y la que esta patente, no dejo de encontrarme hombres y mujeres que desde su frágil infancia se fueron fraguando a sí mismos hasta ser adultos, sin que por ello hayan reducido el amor por su tierra. Como en todos los pueblos, haberlos haylos, aunque para ello sea menester hacer una pequeña búsqueda. El caso que hoy nos ocupa es una prueba de ello, el arbanconense y profesor de Lengua y Literatura José Antonio Pinel Martínez. No fue difícil encontrarle en compañía de mi buen amigo de quinta y paisanaje Emilio Lozano Martínez, su contrincante al parecer en el juego de mesa con los naipes y el dominó, mientras se encontraba en medio del fluido desarrollo del III Día de la Sierra, el pasado mes de octubre, una edición que como recordarán tuvo lugar en la villa de Arbancón.

Ahí estaba José Antonio contribuyendo a la feliz jornada, poniendo a disposición de sus paisanos dos de sus últimos libros publicados y junto a él, como acostumbra orgullosamente en decir Pinel Martínez, el amor de sus tres mujeres, Merche su esposa, Inés y Nora sus hijas, las cuales le empujan y dan la fuerza necesaria de su propósito humano y literario.

José Antonio nació en el pueblo de Arbancón en el año 1947, siendo el último de los cinco hijos, fruto del amor y matrimonio de Teodoro Pinel Jadraque y Petra Martínez Navas, con los nombres de Teodoro, Eduardo, David, Delfina y José Antonio. Los criaron lo más dignamente posible ejerciendo el oficio de labrador el primero y dedicada a sus labores la segunda, tal y como había que rellenar con mayúsculas en la casilla de profesión de la madre de cualquier documento. Trasmito esta frase porque José Antonio dice siempre sentir siempre vergüenza de que aquel Estado ocultara la verdadera profesión de su madre y como ella la de tantas madres del país: traer hijos al mundo. Cuatro, cinco, diez... hasta doce. "Esa sí que fue su "labor" y sin Premio de Natalidad, aseveraba. Ya están hechos unos hombres, decían al final, cuando las pobres doblaban su espalda sin remedio.

La verdad es que la conversación con José Antonio se hace amena y muy patente en este tipo de recuerdos de su padecida infancia en el pueblo de Arbancón.

Sus andanzas de niño transcurrieron por las calles y plazas de este núcleo poblacional castellano como es Arbancón. Entre tanta chiquillería, el joven José Antonio todavía recuerda cuando buscaba el aire sano de las esquinas lo que no encontraba en las despensas de sus casas. La pandilla, la escuela, la iglesia, la tienda, el bar, el campo de fútbol y el arroyo, entre otros inolvidables lugares donde experimentó los primeros herrajes de la vida: los montones de judías que desmotar en las tardes de invierno, la harina de almortas para las gachas de la cena, la calefacción de un brasero para cinco alcobas, el portalón y un comedor, las madrugas para arrancar garbanzos allá en la Raya del término... Y el futuro que no asomaba por esquina alguna. Pero como dice José Antonio, «Paco, la ‑naturaleza nos fue generosa: nos regalaba un colchón de basura de ovejas para caer en blando cuando saltábamos a Ia dola en la Majadilla, nos ponían bombillas de 25 vatios en las esquinas para facilitar los primeros ensayos de juegos prohibidos…”, decía. Si bien me comenta José Antonio que si hay una imborrable experiencia en la vida de los chicos Y el pueblo, esta fue que tuvieron un buen maestro de escuela, "don José Inglés Agustín, natural de Chiloeches. ¡Ese sí que fue un regalo!", exclamaba Pinel.

Tras los estudios primarios y el trabajo de sol a sol no daba para estudiar en el Instituto Brianda de Mendoza de Guadalajara, por lo que José Antonio tuvo que conformarse como alumno libre en dicho centro y al menos le posibilitó la formación humanística en el Seminario de San José, la filosofía en Sigüenza y algunos años de Teología en el de Misiones de Burgos. Sin embargo, para José Antonio él dice que más que, "la escasez económica la raíz se esconde en la visión futurista de su padre". Siempre miraba alto y lejos. Cinco años de trabajo social en Perú a este arbanconense de pro se le abren de par en par su conciencia a un mundo que debía ser de todos pero que solo disfrutan unos pocos. Convencido de la necesidad del reparto se puso a la tarea. Se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid y escogió el lugar que le pareció más adecuado: la enseñanza de los jóvenes. Así se plasma como Profesor de Lengua y Literatura por diversos Institutos de Enseñanza Media en Andalucía, Cataluña y Madrid. Colabora en el diseño del Currículo de Lengua Castellana y Literatura de la L.O.G.S.E. en Secundaria y Bachillerato para volver de nuevo al aula en el Instituto Máximo Trueba de Boadilla del Monte. En las clases se encuentra con sus alumnos, un hombre edificado y enteramente asímismo feliz.

Paralelamente, con la enseñanza José Antonio publica diversos trabajos y estudios ‑ El “Uso del lenguaje publicitario en la campaña electoral de Octubre de 1982. Revista de Enseñanza Medias; Estudios sobre la Celestina, en la editorial Santillana; Manual de Literatura Española, y Cuentos de la Edad Media, ambos por la Editorial Catalina, S. A. Si bien por el trabajo que más se le conoce en su pueblo, provincia y fuera de esta es por el libro Arbancón, historias, realidades e ilusiones de un pueblo. Se trata de toda una recopilación de secuencias y efemérides vividas por el autor, como bien dice su prologuista, la profesora Carmen Herrero: "Hay quien se siente inclinado a ordenar la avalancha incontrolada de fragmentos que llegan del pasado y a darles cuerpo por medio de las palabras; para, de este modo, seguir contando a sí mismo su propia historia‑, para contarlas a quienes fueron sus co‑protggonistas, y el mejor de los casos, para trasmitir a los más jóvenes, un pedazo del tiempo ya irrecuperable, porque cobran vida y movimiento al tiempo que son leídas, este es el caso de la obra de José Antonio Pinel Martínez de Arbancón".

Como han podido prever, nuestro protagonista es uno de esos hombres y mujeres que en los años sesenta y setenta abandonaron tras su juventud el campo y el pueblo en busca de un futuro mejor en las grandes ciudades. El éxodo masivo que hizo aletargarse en cierta manera tradiciones festivas, oficios artesanales y hasta una desaparición de actividades culturales que hasta la fecha formaron parte el acervo costumbrista del anual calendario local.

José Antonio Pinel Martínez, desde su arraigado amor por su pueblo y el conocimiento cultural en que se ha venido fraguando lo sabe muy bien. Por ello, es consciente de una herencia que los naturales de Arbancón han recibido de sus antepasados. Y no lo desea olvidar ni deteriorar, por el contrario trabaja por conservarla y trasmitirla a las generaciones más jóvenes del municipio, escribiéndolas aquello que ya pasó y que forma parte de la historia. La palabra escrita como fuerza y expresión de la inteligencia adquirida y el profundo sentimiento humano de su persona, para ponerla en forma de libro al alcance de sus paisanos amigos y familiares, para que tras dar lectura, con ella encuentren su mejor meditación.

A día de hoy el tintero y la magistral pluma de José Antonio sigue en activa creación de su próxima obra literaria. Y es que cuando lo que se busca es la influencia de la historia, de la leyenda, del paisaje, de la tradición, y de la paz de los campos, nada mejor que pasear por aquellos viejos parajes y encontrarse con todo lo que rodea al pueblo de Arbancón.
 

Libros sobre la Guadalajara de Alonso Gamo

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