El Quijote de Mingote
Una gran obra editada
por Planeta en diciembre 2004
Con motivo
del IV Centenario de la primera edición de «El Quijote», la Editorial
Planeta presenta una edición de lujo, limitada y excepcional de la obra
cervantina ilustrada por el dibujante y académico Antonio Mingote, con
prólogo de honor de S. M. El Rey, y la versión del texto canónica que
hace años ya había fijado Martín de Riquer. Una «gran fiesta de la
literatura», según la calificó ayer Alfonso Ussía, encargado de
presentar la monumental edición con tapas y lomos estampados en oro y
negro que reproduce más de 600 dibujos al tamaño original en que Mingote
los concibió.
A las
grandes ilustraciones de la obra de Cervantes –algunas míticas, como la
de William Hogart, como la de Gustavo Doré, incluso la de Salvador Dalí–
hay que sumar una más: la de Antonio Mingote (Sitges, 1919). "El
Quijote se agiganta aún más con las ilustraciones de un genio
contemporáneo», escribe el Rey, prologuista de honor de esta edición,
con más de 600 ilustraciones de Mingote. «Libro para leer y para mirar.
Complicidad perfecta entre la palabra y el trazo –afirma Don Juan
Carlos–. Creo que Cervantes se sentiría feliz y orgulloso con esta
edición de su creación más monumental. Y también de verse reconocido e
interpretado con el amor, hecho arte, que Antonio Mingote ha puesto en
su excepcional trabajo». Planeta, con una edición de lujo y cuidada
hasta el último detalle, ha creado una «gran fiesta de la literatura»,
como calificó el escritor Alfonso Ussía en la presentación en la Casa de
América en Madrid esta obra ilustrada por Mingote. Una verdadera
celebración para militantes del Quijote –«epopeya de cuerda locura,
lección de honda filosofía y humor sentencioso»–, que recoge la versión
del texto de la obra cervantina hizo uno de sus lectores más lucidos,
Martín de Riquer (Barcelona, 1914), quien resume gráficamente ésta
exquisita edición: «“El Quijote“, que es una obra de humor, por vez
primera aparece ilustrado por un humorista». Mingote no se queda, como
suele hacer en sus viñetas, en el toque irónico, sino que ha demostrado
que es también un lector perspicaz y profundo de la gran obra
cervantina. Ese profundo amor lo resaltó Ussía y, sobre todo, se ve en
cómo ha interpretado el dibujante y académico las figuras de Don Quijote
y Sancho, estilizándolas y dotándolas de un porte de seriedad que es más
fiel al texto de Cervantes que la malinterpretada por la caricatura. «He
querido hacer a Don Quijote menos distraído y pintar un Sancho lejos del
gordo ridículo», explicó Mingote, sobre todo, para hacer los personajes
más cercanos, más íntimos, que es como él los siente, confeso e
impenitente lector de sus aventuras. Han sido más de diez años de
trabajo, intenso, nada fácil. Mingote ha utilizado tinta china, lápiz y
acuarela gris para los más de 600 dibujos en diferentes tamaños, letras
capitulares y numeración de cada capítulo. «Muchas veces pensaba que no
iba a ser capaz, pero lo he superado con mucho afán», manifestó ayer el
dibujante, quien reconoció que la mayor dificultad para ilustrar la obra
de Cervantes ha sido su gran variedad de escenarios: «Creo que los
mayores problemas que he tenido han sido con los paisajes tan diversos
que hay en el libro, desde los palaciegos a los manchegos». José Manuel
Lara, presidente del Grupo Planeta, afirmó que se podría hacer mejor o
de otro modo esta edición de lujo de «El Quijote», pero «no con más
ganas ni con más medios». La edición, numerada y restringida a 3.000
ejemplares, tiene una encuadernación de lujo, posee dos volúmenes del
texto anotado de Martín de Riquer y está a la venta por 900 euros. Para
culminar el valor de esta edición, con prólogo de honor del Rey, se ha
realizado, además, una tirada especial de 50 ejemplares de sesenta
ilustraciones a tamaño real, limitada y numerada –en total, suman 3.000
láminas– que, firmadas a lápiz por el propio Mingote, se entregarán a
cada uno de los compradores de la monumental obra. Mingote agradeció a
Planeta el esmero en la edición, así como al Rey sus palabras de cariño
y aprecio en el prólogo y «también a mi mujer, que me ha ayudado mucho»,
según manifestó en el Salón de Embajadores de la Casa de América.