La villa ducal de Pastrana

Esther Alegre Carvajal

La villa ducal de Pastrana

Presentación del 17 diciembre 2003
Hotel Meliá de Guadalajara

Palabras de Presentación del Prof. Herrera Casado,
Cronista Provincial de Guadalajara
y Académico C. de la Real de Historia

Una imagen viva de Pastrana

Estamos ante un libro magistral por muchos conceptos.

Por su aspecto y textura, por su imagen interior, la volumetría de sus páginas y grabados, el equilibrio entre ellos y el texto, los colores falsos y hermosos dados a las fotografías, los fondos mullidos de sus planos... de un libro que trata de arquitectura, hay que tener su calidad arquitectónica también, esto es, no solo el aspecto de su fachada, sino los espacios que crea en su interior. Así pues, mi aplauso a los arquitectos del libro, que han sido principalmente Abel e Irina Rasskin, pero no solamente ellos.

* * *

Es magistral el libro, también por su contenido. Trata de Pastrana, ya hemos dicho su título, que es la escueta enumeración de la villa con su adjetivo determinante. Pero de Pastrana se ha escrito mucho, se han publicado muchos libros: de historia, de literatura, de poesía y leyendas... este nos ofrece una nueva visión de Pastrana: es la historia de su imagen, de su silueta y su anatomía. Me atrevería a decir que es este un libro de biología: porque nos ofrece la visión de un ser vivo. Todas las ciudades lo son, todas nacen, se desarrollan y mueren. Desde una Palmira que en el ardiente abrazo de las arenas del desierto sirio nos muestra hoy el esqueleto humano de lo que fue palpitante centro de negocios, a un Tres Cantos o un San Chinarro que en los alrededores de Madrid dan sus primeros pasos de ciudad nueva, recién nacida de la nada.

Pasan los largos siglos, y los hombres casi pierden la memoria de esa evolución. Pero en algunas se ve, y Pastrana es una de ellas.

Esther Alegre, la autora de esta "Villa ducal de Pastrana", ha tomado por objetivo el estudio de una ciudad desde esa perspectiva de imagen física. Es como un álbum de fotos de una persona a la que solo vemos cómo cambia de estatura, de trajes, de poses... pero que mantiene siempre en su mirada la misma traviesa ironía. Aunque nada más supiéramos de ella, sería bastante para conocerla.

Pero la autora de este libro sobre Pastrana va más allá de ofrecernos las fotos sucesivas de esta villa, del estudio y análisis de cada cambio de imagen. Nos ofrece, sabiamente urdido con lo anterior, la evolución histórica del burgo. Y así, lo que hubiera resultado tremendamente pesado (si solo nos hubiera dicho sus datos históricos) se ensambla con lo que hubiera parecido tremendamente superficial (si solo nos hubiera referido su imagen cambiante). Consigue, por lo tanto, un libro firme y sereno, completo y –debo repetirlo- magistral, Porque aúna su intención primera y fundamental, de estudiar la evolución física de Pastrana, con los hechos y personas que promueven y causan su evolución. Y así nos da su historia. Una historia urbana, un retrato que alcanza el supremo valor de la biografía.

* * *

Analizar en pormenor esta obra que hoy presentamos, nos llevaría mucho tiempo, horas seguramente. Yo recomiendo, por eso, que con la pausa y la tranquilidad que estos libros pretenden, se empiece ya a leerlo. Que todos vosotros os dispongáis a trazar un plan de acceso. Porque lo merece de veras.

Pero destacaría algunas de las cosas más elocuentes. Aunque es difícil, porque son tantas... Destacaría en primer lugar el estudio que hace Esther Alegre del Palacio Ducal de Pastrana. A mí es lo que más me ha gustado, aunque sin duda hay otras cosas en él interesantes y aún novedosas. Pero es que el Palacio Ducal es hoy por hoy el símbolo de la villa, de su pasado, y de su futuro.

En el contexto de su evolución histórica, que de aldea de la encomienda calatrava de Zorita, pasa a villa con jurisdicción propia, feria y edificio concejil, Pastrana da varios saltos, y uno de ellos es el de hacerse capital de un estado señorial, de un ducado nada menos. Con méritos, en el siglo XVI, y muchos votos a favor, para haberse convertido en capital del reino y aún del Imperio. Ese salto no se hace de cualquier manera: se necesitan gentes con ánimo, circunstancias favorables, y una secuencia de hechos que lo avalen. El eje de ese gran paso histórico está en el palacio. Que tiene, analizándolo fríamente, una historia triste e inacabada. Porque nace de un ideal de grandeza, no crece lo previsto por problemas del día a día, no llega a triunfar porque alcanza a ser antes cárcel y sepulcro que alcázar victorioso. Y porque cuando está a punto de darle un quiebro a la historia, y en su recta final acometer el triunfo definitivo, una sombra se le echa encima y una vez más le detiene... Personalmente soy optimista y creo firmemente que en este siglo dará su voz clara, su mujer brillo.

La autora diseca con meticulosidad la evolución del Palacio de Pastrana: de las ideas que sus dueños quieren impregnar en su figura, y de la genial estructura que su arquitecto constructor, alonso de Covarrubias, le imprime a partir de 1540. Aparte de las corazonadas y deducciones de autores previos, fue Aurelio García López quien descubrió lo documentos que prueban la autoría de este edificio. Con estos datos, y el examen pormenorizado de lo que hoy existe, Alegre Carvajal nos relata la vida de este palacio, desde su proyecto inicial, su construcción, sus reformas, sus hundimientos y restauraciones: los jardines que se proyectaron para su entorno, la muralla que lo protegía, la gran plaza que finalmente lo realza visualmente...

Pero libro que hoy presentamos tiene muchos otros temas y valores. No quiero ponerme pesado, y otra vez les insisto a que lo antes posible se pongan a leerlo y saborearlo. Temas como la evolución detallada de la iglesia Colegiata de Pastrana, de la iglesia de San Francisco, de las murallas, y sus múltiples puertas, del Palacio viejo, la Casa del Concejo, el palacio de los Muelas, la calle Ancha, el Albaicín, el Hospital de San miguel, los conventos extramuros, los jardines moriscos... y tantas y tantas cosas, que a pesar de su larga historia, aquí saben a nuevas, son las que magistralmente trata Esther Alegre en esta obra, que yo califico, sin miedo a exagerar, de excelente y magistral.

Acaba –y da pena que acabe alguna vez el libro- con un capítulo titulado "La villa ducal de Pastrana en el contexto de las villas ducales españolas". Ese coda final es lo que le da la dimensión de eternidad y su valor más alto: porque desde esa idea partió el libro, y con ella, desarrollada y evidente, acaba. Y con ella dice que Pastrana es lo que es, y ha sido lo que ha sido, porque en un determinado momento de su historia, el siglo XVI exactamente, fue elegida como núcleo de un sistema social basado en el señorío personal y en el proyecto de construcción de una villa ducal, émula y paralela, como sus compañeras españolas, de la Corte imperial.

En definitiva, una lección perfecta de vida urbana, de urbanismo vivo, de historia real y suculenta.

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